9.11 Žižek, Lo que digo y lo que quiero decir – Versión de Rebeca Vargas

Bitácora de la sesión del 9 de noviembre de 2012
Versión de Rebeca Vargas Martínez

En esta sesión, que se basó en el último capítulo de Slavoj Žižek, El sublime objeto de la ideología, se desarrollaron los siguientes puntos :

1. La imposibilidad de lo real

Lo que yo conozco de un objeto es sólo su ser fenoménico, que es su apariencia. Busco en esto la verdad de estas apariencias, es decir como lo denomina Kant, noúmeno, que es lo que sustenta el ser de las apariencias, pero está detrás de ellas. El noúmeno es lo que va más allá de las apariencias y es imposible de conocer, no voy a comprender lo que es la cosa en sí misma.

Lo que dice Hegel es que, si elimino las características de algún objeto, es decir, vaciado de lo fenoménico, ya no queda nada, queda el en-sí, que es lo que sostiene al objeto. Y el en-sí que me queda es la realidad pura. Pero esta realidad pura no es una realidad sustantiva más allá de las apariencias, eso en-sí es el sujeto que las está pensando, es el propio pensamiento.

Para Žižek este movimiento de la conciencia del sujeto yendo al objeto encuentra un grado más elevado en la sublimación. Esta sublimación consiste en que yo como sujeto contemplo y me represento un objeto, pero en la representación de cierto objeto, que es el objeto sublime lo que encuentro vía negativa es la cosa en sí, es decir, el objeto en sí, algo que me trasciende, al cual puedo acceder a través de esta vía negativa. La experiencia de lo sublime es la experiencia de la negatividad. Lo real en términos Hegelianos era la negatividad.

Lo Real, dice Žižek, es lo no simbolizado. Y lo real es la respuesta a una pregunta. Esto real imposible implica una respuesta a la pregunta de lo Real. Esto es, el sujeto supuesto, la mirada que otros tienen, es la que yo proyecto que otros de alguna manera tienen. El gran otro, está en lo Real, y este gran otro es el sujeto supuesto. Sujeto supuesto saber, creer, gozar y desear.

Para este sujeto supuesto saber, tomemos como ejemplo el rumor acerca del papel de baño: Existe un rumor acerca de que el papel de baño va a escasear, cuando uno va al supermercado vemos pilas de papel de baño, obviamente yo no creo en ese rumor, pero estoy seguro de que habrá personas –algunos idiotas– que sí se lo creerán y me llevo papel de baño: entonces este rumor se vuelve cierto.

2. Ruptura interna entre lo que digo y lo que quiero decir

El problema es que se busca desenmascarar la imagen y las miradas, sin considerar esta otra parte: hay una distinción insuperable entre lo que digo y lo que quiero decir. Porque no sabemos si cuando alguien dice algo, de verdad quiere decir eso: más aún no lo podemos saber. Esta ruptura queda en evidencia en el halago, que consiste en hacer afirmaciones con las que queremos quedar bien con alguien, por ejemplo, y no sentirlo así. Cuando nosotros realizamos un halago y decimos algo que no es, somos hipócritas. Cuando nosotros fingimos, quien es víctima de ese fingimiento somos nosotros mismos, porque el verdadero lugar de la creencia es el ritual externo. Soy sincero en renunciar a mis convicciones, ya que digo o hago algo que no pienso y hago.

3. La coherencia interrumpida

Hay tres tipos de reflexión:
  • Postulativa: Es la más inmediata que nos permite una cosa. Es la más ingenua.
  • Externa: Busca presupuestos. No existe la posibilidad de encontrar la cosa en sí misma.
  • Determinada: No existe el fenómeno en sí, y ya es un pseudoproblema.

Este sujeto que se constituye a partir de prácticas ideológicas es quien es a partir de ellas, si las desenmascaro, no le queda nada. Se concluyó con la paradoja de: Todo depende de mí, pero no puedo hacer nada.

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